No podemos siquiera imaginar lo que sería el mundo del suspenso y el triller psicológico, si el gran Sir Alfred Joseph Hitchcock no hubiera llegado al mundo hace 117 años. Hoy se cumplen 36 largos años desde que una mente brillante en el rubro del cine abandonó este mundo y por eso, pensamos que deberíamos hablar acerca de su legado.
Para hablar un poco acerca de la mente de un genio como Hitchcock, haremos un pequeño viaje a su pasado.
Desde pequeño, Alfred tuvo una infancia algo difícil, ya que para fue criado en una Inglaterra que vivía los inicios de 1900, y si a eso le sumamos una rigurosa educación católica, sólo puede significar que había muchas costumbres muy estrictas para enseñar a los seres humanos como moverse en este mundo.
Como resultado de eso, Hitchcock desarrollaría una personalidad tímida y reservada, la cual lo acompañaría el resto de su vida.
Pero también generó muy buenos pasatiempos durante su juventud, ya que se haría un fuerte seguidor de autores como Charles Dickens y Edgar Allan Poe.
En años posteriores, Alfred comienza a trabajar haciendo rótulos de varias películas de cine mudo en la Famous Players Lasky. Pero rápidamente ascendió y pronto se encontraba realizando labores como director artístico y guionista en películas de directores como Donald Crisp y Hugh Ford. Para 1925, dirigió su primer película en Berlín: The Pleasure Garden.
La carrera de Hitchcock abarcó más de 50 años y durante esta, él creció junto a la industria, ya que vivió su propia transición al cine sonoro con ‘Blackmail’, la cual le dio notoriedad en Gran Bretaña.
Jamás dejó de adaptarse e innovar, por lo que siguió dirigiendo grandes éxitos como The 39 Steps, The Man Who Knew Too Much y Sabotage.
Para 1939 se iría a Estados Unidos a trabajar para los estudios Paramount, RKO y Universal; aunque más adelante, crearía Tasatlantic Pictures, su primera productora.
Para las décadas de los 50’s y 60’s, Hitchcock alcanzaría sus más grandes éxitos en el cine con: Rear Window, Vertigo, North by Northwest, Psycho y The Birds. Gracias a las maravillas de la cultura popular, muchos de ustedes deben conocer esa escena de la regadera de la película Psycho -mejor conocida aquí como Psicósis- en la que entra el dude con el cuchillo, chica grita y después hay una escena de puñaladas.
Lol, claro que mencionaríamos esto
Cabe mencionar que Alfred siempre se encargó transmitir diferentes emociones hacia el público. Para este gran hombre, lo más importante era el espectador y siempre fue un factor presenta a la hora de pensar el guión, de filmar, de montar y editar cada una de sus películas.
Posiblemente su mayor competencia siempre fue él mismo, ya que siempre buscaba mejorar cada una de sus obras en sus trabajos posteriores.
Él podía usar el suspenso de una manera especial; podía manejar el concepto de algo que estuviese por ocurrir, como alguna bomba instalada en algún lugar específico. Nosotros sabríamos que está ahí y que en cualquier segundo podría estallar, pero Hitchcock nos mostraría una escena que que nos distrajera primero; luego haría estallar la bomba y todos nos volveríamos locos.
Otra parte de su legado a generaciones posteriores, fue el concepto de McGuffin: Un elemento claramente fundamental para generar suspenso que aunque no tiene mucha relevancia en la historia, tiene gran influencia para el desarrollo de la trama en un filme.
Algo así como el maletín de Pulp Fiction; nunca sabemos cuál es su contenido, pero por alguna razón, no podemos dejar de pensar en eso cuando acaba la película.
Ahora podemos concluir con que Hitchcock poseía un talento nato indiscutible, por eso jamás debemos olvidar todo lo que nos ha dejado. En caso de sentirse un poco apartados de su trabajo, siempre pueden comenzar a ver sus películas, porque tal vez ese sea el modo en que le gustaría ser recordado.
Fuente: SOPITAS
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