La cinta dirigida por Tobe Hopper se encuentra entre las producciones de terror que además de sus historias, han llamado la atención por los misterios y tragedias que las rodean.
Son pocas las películas que han marcado un antes y después en la historia del cine de terror al grado de considerarse joyas clásicas. Las atmósferas de suspenso que engloban las historias trascienden la pantalla provocando que más de uno se sujete, hasta con las uñas, de su asiento, abrace a la persona que tiene a lado o presente insomnio a la hora de dormir mientras imagina que las horripilantes escenas se vuelven realidad.
Tal es el caso de Poltergeist o Juegos diabólicos, la cinta que en 1982 aterrorizó a toda una generación por la manera en que el director Hobe Hooper manejó el miedo. La historia gira en torno a la familia Freelings y los misteriosos sucesos que comienzan a vivir luego de mudarse a un suburbio ubicado en California, Estados Unidos.
Quienes comienzan a experimentar los sucesos paranormales son los tres hijos de la familia interpretados por Heather O’Rourke, Dominique Dunne y Oliver Robins. De esta película se desprende una de las imágenes más recordadas del séptimo arte: Carol Anne con una mano sobre la pantalla de un televisor con estática. Tras el éxito que se obtuvo, existieron dos secuelas más y un remake que se estrenó en 2015.
Sin embargo, Poltergeist no sólo causó miedo entre los espectadores, también atormentó al elenco durante el rodaje, debido a que estuvo rodeado de eventos, coincidencias y leyendas que terminaron por sumarla a la lista de películas malditas de la historia del cine de terror junto a El exorcista, La profecía, El cuervo, En los límites de la realidad, por mencionar algunas.
Todo comenzó con el asesinato de Dominique Dunne, quien interpretó a la primogénita del matrimonio Freelings en Poltergeist. Fue el 31 de octubre de 1982, alrededor de cuatros meses después de que terminó filmación de la película, cuando la joven actriz fue encontrada inerte sobre el césped en West Hollywood y a su lado se encontraba arrodillado su asesino, su exnovio John Thomas Sweeney.
A Dunne le arrebataron la vida semanas antes de cumplir 23 años y con una prometedora carrera en la industria hollywoodense. De acuerdo con información recuperada por la revista Vanity Fair, el asesino trabajaba como cocinero en Ma Madison, un restaurante de moda en aquellos años donde solían acudir algunos famosos.
La pareja se habría conocido durante una fiesta privada y pronto lograron empatizar debido a que los dos habían vivido la separación de sus padres. Al poco tiempo de que iniciaron su noviazgo, salieron a relucir los celos enfermizos de John en innumerables escenas sin razón de ser, lo que desató discusiones que desembocaron en golpes y terminaron con la relación.
De acuerdo con Vanity Fair, Dunne llegó a externar el miedo que sentía de su exnovio con sus familiares, al grado de cambiar las cerraduras de su casa. Sin embargo, no pudieron prever que días más tarde John llamaría a la puerta de la casa y tras encontrarse con la actriz en el patio, la estranguló hasta que le quitó la consciencia.
Dominique fue hallada con vida por los servicios de emergencia, sin embargo no reaccionaba a pesar de los intentos. Ya en el hospital, los doctores confirmaron que tenía un coma irreversible que se ocasionó por la falta de oxígeno en su cerebro tras ser estrangulada por alrededor de cuatro minutos. La familia guardaba la esperanza, pero finalmente fue declarada con muerte cerebral.
El juez desestimó los testimonios de amigos y familiares de Dunne, también una carta que habría escrito relatando los maltratos que sufría por parte de John. Finalmente, el asesino fue declarado culpable de homicidio involuntario con un máximo de seis años y seis meses en prisión.
Tras el primer evento trágico que marcó un precedente en Poltergeist, se continuó con el proyecto con una segunda entrega donde el personaje de Dominique desapareció. En 1986 se estrenó la segunda parte con pocas modificaciones en el elenco y en memoria de la fallecida actriz. Pronto comenzaron a correr rumores sobre sucesos extraños en la producción y la “maldición” continuó.
Durante el rodaje, Julian Beck, quien interpretaba a un sacerdote en Juegos diabólicos, murió a los 60 años debido al cáncer de estómago que le había sido diagnosticado tiempo atrás. Si bien el actor era consciente de su problema de salud, durante sus últimos meses de vida siguió trabajando en la película, donde se le puede ver con un semblante desencajado.
En un intento de terminar con la supuesta maldición, supuestamente Will Sampson, quien interpretó al brujo Taylor en la cinta, habría hecho un ritual en los sets de grabación, pero no pasó de un rumor. Desafortunadamente, murió un año después del estreno de la segunda película por complicaciones derivadas de un trasplante de corazón y pulmón.
En 1998 se lanzó la última entrega de la saga original después de las tragedias y misterios que se habían presentado en las cintas anteriores, sin embargo, los eventos desafortunados que alimentaron la leyenda no dieron tregua.
Durante el rodaje, Heather O’Rourke, quien interpretó a la niña Carol Anne, comenzó a sentir malestares en el estómago sin explicación alguna. Primero se llegó a pensar que eran resultado de una infección estomacal provocada por consumir alimentos en mal estado, pero tras visitar al doctor el diagnóstico fue desalentador, se trataba de síntomas ocasionados por la estenosis congénita que padecía.
La extraña enfermedad no fue detectada a tiempo y terminó con la vida de la pequeña actriz que había causado sensación con su protagónico en Juegos Diabólicos a los 12 años. Si bien las muertes del elenco fueron un asesinato y problemas de salud, todos alimentaron el misterio de Poltergeist convirtiendo la saga en una leyenda urbana.
Cabe mencionar que en 2015 se trató de revivir el éxito de Poltergeist con un remake protagonizado por Sam Rockwell, Kennedi Clements, Rosemarie DeWitt, Jared Harris, Kyle Catlett y Saxon Sharbino.
Fuente: INFOBAE
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