El aspirante a cómico Arthur Fleck, también conocido por su faceta asesina de Joker, y que mató a su ídolo Murray Franklin, ha terminado dando con sus huesos en la prisión de Gotham, que alberga a peligrosos criminales.
A la espera de un juicio, donde su abogada Maryanne Stewart tratará de que el jurado reconozca una disociación de personalidad que le permita ingresar en un psiquiátrico. Entretanto, gracias a su buen comportamiento, confirmado por el guardián Jackie Sullivan, le permitirán compartir sesiones de musicoterapia en uno de los pabellones.
Allí conoce a Lee Quinzel, gran admiradora de Joker, y poseedora como él de un gran sentido musical. Surge el amor, Arthur recupera las ganas de vivir, y no hace ascos a la idea que le propone la otra de una fuga.
Cinco años después de Joker, Todd Phillips retoma a su personaje en el punto donde lo dejó.
De nuevo tenemos el universo de Gotham y Batman, con algunos personajes cuyos nombres reconocerán de inmediato los conocedores de los cómics, pero manteniendo parte del tono realista de angustia existencial del film predecesor, y desarrollando y expandiendo la parte musical, a la que se concede un tono onírico, la fantasía como escapismo, al modo de los clásicos del género en Hollywood, ejemplificados con el celebérrimo tema “That's Entertainment” de Melodías de Broadway 1955, citado explícitamente.
Scott Silver y el propio Phillips firman el libreto del film, en que con la autoridad que les ha dado el rotundo éxito de su predecesor, se permiten “la locura a dos” que se menciona en el título, ahí aludiendo claro está a Arthur y Lee.
De entrada, empiezan la película con animación, un cartoon de “Looney Tunes” protagonizado por Joker, y mezclan luego géneros y tonos, del drama existencial al carcelario, pasando por el romántico y el musical, y también por el drama judicial. Y vertebra el relato la idea de los roles y modelos que inspiran a los demás, amplificados por las películas y los medios de comunicación, que dan pie a engaños, y la admiración que producen puede verse frenada en seco cuando no responden a las expectativas creadas.
La película tiene empaque, algunas escenas impactantes y unas intenciones ambiciosas, donde no faltan las sorpresas narrativas con incendios y explosiones, pero también se detectan digresiones obvias, algo de dispersión; se pierde además el factor sorpresa del primer Joker junto a la solidez ahí alcanzada.
Por eso sorprende menos la composición que antes fue premiada con un Oscar de Joaquin Phoenix, mientras que a la Lee de Lady Gaga le falta algo más de definición; que sus orígenes haya que verbalizarlos resulta sintomático, y eso que se luce como suele cuando toca cantar, ya sea en temas clásicos de musicales, u otros nuevos como el de “Folie à deux”.
Tiene gracia la presencia de secundarios como Brendan Gleeson, Catherine Keener y Steve Coogan.
Fuente: DECINE21
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