"Si alguna vez el infierno tuvo un domicilio legal, ese fue la isla grande de Tierra del Fuego", afirma el grupo Paranormal TDF, que estudia las presencias sobrenaturales en torno al misterioso presidio de Ushuaia, la cárcel del fin del mundo. Sus inhumanas celdas de cuatro metros cuadrados fueron ocupadas de 1902 hasta 1947 por criminales con largas condenas, ladrones, homicidas, anarquistas y locos que recibían constantes torturas y castigos humillantes. "Sus almas aún están cumpliendo sus horrorosas condenas", afirman.
Una presencia se destaca y atemoriza a sus visitantes: la misteriosa "Dama de Blanco". "De noche, el lugar cobra vida", advierte Flavio Correa, líder del grupo, quien en diciembre pasado se quedó toda la noche en el presidio registrando voces y movimientos en oscuros pabellones deshabitados.
Las presencias sobrenaturales incomodan a los trabajadores del presidio después de 73 años de su clausura. Hoy fue convertido en atracción turística, pero con un pasado que esconde las peores vejaciones. Silbidos, susurros, gritos, presencias que levitan por los pasillos, luces que se encienden, puertas que se azotan, cadenas que se arrastran y turistas que sufren inexplicables desmayos cuando caminan por el Pabellón 1, el más antiguo (data de 1902) y que fue el último refugio de los más siniestros condenados. El frío, el olvido y el abandono completan una postal tenebrosa en unos de los confines más inhóspitos del mundo.
La primera vez que se corporizó "La Dama de Blanco" fue una helada noche de invierno de 1978. El presidio, en poder la Armada Argentina, y ante la inminente guerra con Chile (que luego no ocurrió), era un cuartel con material bélico. Un guardia dentro de una garita en la entrada vio espantado cómo una mujer vestida de blanco, con pelo rojizo ensortijado, levitando, se acercaba hacia él, corrió y se refugió dentro del Pabellón 4. La presencia lo siguió y sin dudar, el guardia desenfundó su arma y le disparó. Todavía hoy se pueden ver los impactos en el techo. El guardia, cuenta en una entrevista el director del Museo Marítimo, Carlos Vairo, "perdió su trabajo y fue internado en un psiquiátrico".
La presencia sigue un patrón, aparece en un sector aledaño al presidio conocido como Misión Baja y se la ve cruzar por la Avenida Maipú (una de las principales de Ushuaia, que bordea la costa del Canal Beagle) y se dirige hacia el presidio. En 1982 volvió a emerger del más allá hacia nuestra dimensión. El sereno de la única (por aquel entonces) estación de servicio, no se olvidará jamás una noche de julio. "Cuando fijó la mirada se dio cuenta que una mujer levitaba lentamente, tenía pelo largo, enrulado y lo miraba fijamente con los ojos enrojecidos y las lágrimas bajaban por su rostro", cuenta Wilmar Caballero, periodista que registró estos hechos en un libro que está escribiendo.
José Karelovic era el propietario de la estación, su empleado lo había llamado y fue a verlo. "Flor de susto se llevó cuando lo encontró entre los bidones de nafta y aceite que había en el depósito, en cuclillas y temblando de miedo", cuenta Caballero.
Esa misma noche, la "Dama de Blanco" proseguiría su fantasmagórico periplo. A pocos metros de la estación de servicio, ya en el presidio, dos jóvenes conscriptos que hacían guardia tampoco olvidarían esta espeluznante noche. Uno de ellos la vio flotando en uno de los solitarios pasillos. "¡Alto!", le gritó. "¿Quién vive?". La presencia eligió el sobrenatural silencio y avanzó, decidida en su plano incorpóreo. El guardia, aterrorizado, sostuvo temblando su escopeta y disparó dos veces. Uno de las balas alcanzó a su compañero a la altura del hombro, la otra impactó en la pared. La fantasmal presencia desapareció. "El hecho es confirmado por el capitán de navío Victor Zenobi, entonces, sub-jefe del Area Naval Austral", asegura Caballero.
La misteriosa mujer de blanco habría tenido un final trágico en el presidio. Según la investigación de Caballero, a comienzos del siglo pasado, aprovechando el viaje que hacía una vez por mes el barco "Santa Cruz", única vía de comunicación entre Buenos Aires y el caserío que luego sería la ciudad de Ushuaia, bajó al puerto austral para ver a su hijo, preso en el penal. Las autoridades le comunicaron que tenía muy mala conducta y estaba en celda de castigo. No lo dejaron verlo.
La mujer, sin recursos, vagó por las gélidas calles del pueblo. Dormía abrazada a una frazada de color claro en la puerta del presidio. Una mañana le dijeron que su hijo había muerto de tuberculosis. Pocos días después, la encontraron tapada de nieve, no respiraba. Había muerto sin poder verlo. Así nació "La Dama de Blanco", que aún vaga por las inmediaciones del presidio buscando lo imposible.
Los fantasmas del presidio no se agotan en "La Dama de Blanco". Cuando estuvo en funcionamiento (desde 1902 hasta 1947, cuando por razones humanitarias lo cerró Juan Domingo Perón) estuvieron recluidos allí los reos más depravados del país. El tétrico edificio tenía cinco pabellones unidos a uno central, que se conocía como La Rotonda. 540 prisioneros en 380 minúsculos calabozos, sin baño y con pequeñas ventanas sin vidrio, compartieron este "infierno en la tierra". 250 guardiacárceles tenían pleno control sobre la población carcelaria.
No existían los derechos humanos, el que llegaba allí sabía que las chances de vivir eran escasas. Según crónicas de la época, los celadores se divertían golpeando a los presos con cachiporras de metal o con cadenas con bolas de plomo. Heridos, los reclusos eran dejados a la intemperie hasta el punto de congelamiento o conducidos a las celdas, sin recibir jamás atención médica. Los gritos de dolor y las muertes trágicas y agonizantes, eran comunes.
El Petiso Orejudo
Algunos presos famosos fueron Miguel Ernst (quien descuartizó a su socio arrojándolo en uno de los lagos de Palermo), Mateo Banks (mató a ocho personas, pasó su condena recluido en su celda rezando), los hermanos Bonelli (asesinaban y enterraban a sus víctimas en el sótano de su comercio), y el más conocido: Cayetano Santos Godino, que pasó a la historia como "El Petiso Orejudo", quien tenía un pasatiempo tenebroso, además de matar niños: quemar gatos.
Los reos tenían a un felino de mascota y Godino lo habría matado, por lo que fue ajusticiado por sus compañeros de prisión. Su fantasma también se ha visto vagar por los pasillos. "Pudimos captar la voz del Petiso Orejudo", afirma Correa. El equipo de Paranormal TDF se encerró una noche el pasado diciembre para buscar a "La Dama de Blanco" y al famoso reo.
Realizaron psicofonías (registro de sonidos de fallecidos) con una Spirit Box (nueva tecnología en el campo de la parapsicología) y obtuvieron registros en varias partes del presidio. En una celda oyeron voces. "¿Sos Godino?", preguntó Correa. Luego de unos segundos obtuvieron una respuesta inquietante: "Sí". "Sentimos muchas presencias", confirma. Ellos fueron los últimos en quedarse durante toda la noche. Sus videos pueden verse en Youtube.
"Nosotros tenemos la precaución de no caminar solos de noche", afirma Juan Carlos Aria, a cargo de la Biblioteca del Museo Marítimo (en el Pabellón 2 del presidio). Cuando terminan su jornada de trabajo por la noche, y al apagar las luces, oye silbidos desde los pabellones. "Son silbidos melódicos, muy largos", afirma. También puede ver cómo las luces con sensores de movimiento se encienden por tramos. "Como si alguien pasara corriendo", cuenta. Un dato a tener cuenta: todos los pabellones están completamente cerrados. Nadie "físico" puede entrar ni salir. "Adentro se oyen voces", reafirma.
La "Dama de Blanco" es una de las tantas presencias en este presidio. "Entre los años 2004 y 2007, entrabas y te descomponías", sostiene Gustavo Cosentino, encargado del Museo Marítimo. Una sensación acompaña a todos los que tiene que trabajar allí: "Te sentís todo el tiempo observado", asiente. "Para nosotros, el presidio es una de las puertas del infierno", sentencia Correa.
Escribe: Leandro Vesco
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